(DES)ELOGIO DE MARIO (5)
En esta novela de corte erótico, Vargas Llosa se encarga de mostrarnos un síndrome putativo de Edipo, ya que Fonchito, el personaje principal siente atracción afectiva y genital por su madrastra Lucrecia, que según las descripciones es una mujer muy bella y joven; casada con Rigoberto, padre de Fonchito, personaje que realiza rituales muy extraños y nada acogedores de lectura, la pluma de Vargas Llosa se desvirtualiza y se nota la marcada influencia de poetas malditos como Georges Bataille, Pierre Klossowski o el Marqués de Sade -influencia que puede ser no bien recibida por el lector-, es por eso que esta novela no puede llegar a convertirse en una excelente novela. Los capítulos de la novela están cortados por cuadros impresionistas donde a cada personaje Vargas Llosa les da monólogos interiores. A mi parecer, el personaje más logrado de esta novela es la sirvienta Justiniana, aunque no lo parezca está omnipresente y es al parecer la verdadera narradora de toda la historia, una expectadora de lujo de las perversiones de la familia a la cual sirve. La novela se desarrolla sin contratiempos aunque por momentos dan ganas de saltarse los aburridos rituales de don Rigoberto y algunos de los monólogos que caen en desmérito, luego sin embargo, sorprende la habilidad del niño para conseguir lo que quiere y que nadie se dé cuenta en el intento, sorprende también lo perverso de su ángel y por momentos la parsiomoniosa actuación de Lucrecia, maniquí a los deseos del niño, que no son revelados hasta el final claro; el personaje de Rigoberto es pasivo y casi ni cuenta dentro del texto.
Cuando la leí simplemente la leí para saber hasta dónde se puede caer, pero como vuelvo a mencionar el ver la novela desde el lugar de Justiniana me parece una idea fascinante. Sin duda desde la platea en la que ella se encuentra es otra cosa y sólo viéndola de esta manera la novela se consagra, pero por ser ésta una apreciación personal muy subjetiva, haberla descubierto luego de la lectura y no encontrarse plasmada así en la novela; la obra simplemente se convierte en una novela para matar el rato. Por lo que es justo darle un 5.
ELOGIO DE LA MADRASTRA (Cliquea el nombre para leer la novela)
Cuando la leí simplemente la leí para saber hasta dónde se puede caer, pero como vuelvo a mencionar el ver la novela desde el lugar de Justiniana me parece una idea fascinante. Sin duda desde la platea en la que ella se encuentra es otra cosa y sólo viéndola de esta manera la novela se consagra, pero por ser ésta una apreciación personal muy subjetiva, haberla descubierto luego de la lectura y no encontrarse plasmada así en la novela; la obra simplemente se convierte en una novela para matar el rato. Por lo que es justo darle un 5.
ELOGIO DE LA MADRASTRA (Cliquea el nombre para leer la novela)
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